Eran vísperas de primavera, la estación más esperada por
todos los jóvenes. Las ansias y la felicidad relumbraban por todos lados. La
secundaria se encontraba repleta de adornos. Todos reían, parloteaban y
divertían. Aún no entiendo por qué tanta alegría no llegaba hasta a mí. En un
rincón del salón me encontraba yo, escuchando las pavadas que mis amigas
decían, y manteniendo mis pensamientos firmes en una sola cosa, más bien, una
sola persona. Hace tres años atrás, Lucas no era más que un simple
compañero, de esos que nunca saludas y
rara vez te tropiezas con ellos. Recuerdo mi primeros días en la
preparatoria, todas me hablaban sobre él
y su extraordinaria belleza, sin embargo para mí, una chica que jamás se había
interesado en buscar un novio, ni en tener una relación, para mí, el era un
chico más, lindo tal vez, pero alguien
que uno con certeza sabe que nunca
llegara a ser nada.El tiempo paso y mi relación con el colegio fue aumentado,
realmente costaba mucho poder adaptarse a un cambio. Eran principios de invierno, un invierno que
prometía ser maravilloso, sin embargo no fue así como sucedió. El color azul
del cielo no fue el único que se torno gris, nuestros corazones también lo
hicieron. Un trágico suceso ocurrió, nuestra clase tuvo que vivir una pérdida muy
dolorosa que provocó un vacío muy grande en todos. La noche de ese veinte de
junio, en el oscuro cielo de invierno brillaron tres estrellas más.
Nunca me hubiera imaginado que un corazón pudiese soportar un
momento tan duro. Como podría una joven de tan solo trece años entender que un
amigo se marchó y que nunca más iba a volver, un amigo que nunca más saludaría
ni le diría te quiero. Ahí fue cuando conocí a Lucas, su mejor amigo. Tal vez entre
los dos buscábamos la forma de encontrar un consuelo, un apoyo para tal
situación.
El tiempo pasó y en nosotros la amistad fue creciendo aún
más con el correr de los meses. Se despertaron en mí, no solo sentimientos de
amistad, también se despertó en mí un sentimiento aún más fuerte que la
amistad, un sentimiento de “amor”. Jamás hubiese pensado que el querer a una persona pudiese
provocar tanto dolor y angustia. Lucas fue el primer y único chico que me
intereso, de esos que nunca puedes dejar de pensarle, por quien darías todas
las oportunidades del mundo y soportarías todas las caídas que se presentasen.
Yo realmente lo quería y esperaba lo mismo, sin embargo él tenía una reputación
que cuidar.
Aún luego de tres años, sigo creyendo que no fue justo su
trato hacia mí. Las maneras que destrozo mis ilusiones, mis esperanzas y a mi
mismísimo corazón no tienen igual.
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